miércoles, 23 de marzo de 2011

Con trato

No recuerdo haber firmado ningún contrato existencial. Quizás se firmó por interpósita persona en el extático momento parental de mi concepción. Sospecho que, de existir, en él no dice que todo será fácil. No dice que todo nos será dado. Seguramente dice que lo que queramos o necesitemos lo tendremos que pedir. Nos lo tendremos que ganar. Como cuando de bebés lloramos por teta o por dolor de panza. O por frio. O por calor. O por nada.
Quizás damos por sentado que lo bueno que tenemos es lo que nos correspondía, indiscutiblemente. Quizás estamos tomando el agua sin mirar la fuente.
Quizás se nos quiere decir que al tener algo bueno, el hecho de haberlo pedido le da un valor agregado a ese algo. Quizás la vida quiere que seamos más agradecidos con ella. Por lo que nos da. Acaso a veces inmerecidamente. A veces bien ganado.
En primera persona, a veces, muchas veces, alguna vez, la vida no me es fácil.
A veces la vida es injusta.
A veces es justa.
A veces, solo ES.
Como no quiero que ella me voltee sin retorno, prefiero buscar dentro mío cosas para estar a su altura. Debo tener recursos. Ella me obligó a generármelos. Me sorprendió varias veces.
Prefiero hacer un trato. Es con un trato que puedo fluir. Salir del atasco en el que a veces me meto. La vida me da. Mucho. De todo. Quizás me está pidiendo que le devuelva algo. Últimamente me hizo un par de grandes preguntas. Y quiere respuestas.
Trato. Traté. Trataré de responder. Haciendo. Construyendo. Generando.
Alla voy.